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Pasiones subsidiarias, gustos y disgustos anexos.
Dios y los ángeles
Sobre el orgasmo: Los padres de la iglesia reconocen que las visiones celestes y los éxtasis de los santos los mojan.
Sobre los libros: Gala, liturgia viviente de nuestros libros sacralizados.
Sobre el cuerpo de la mujer: El rostro de la mujer, para ser erótico, debe ser soportablemente desagradable.
Sobre la energía interna: El mejor de todos los fosfenos.
Sobre los niños: La cabeza demasiado pesada de los niños, tan pesada como una rosa mojada de rocío cuando arranca, con su peso excesivo, su tallo.
Sobre la gastronomía: En toda comida importante: la nuca protegida por pesadas cortinas, y el espectro de la muerte de Marco Aurelio.
Sobre el trabajo: Trabajo babeante de satisfacción, y con todos esos “Tours de France ciclistas” que trabajan para mí, es decir, la noosfera.
Sobre la montaña: Las montañas, de lejos, son como Bach. De cerca, sus rugosidades son las hemorroides del paisaje.
¡Como aparece ante mí, auténtico, sutil y sublime, el grito de San Juan de
¡Allí está el alma española en su esplendor! ¿Cómo no sentir, después de estas palabras, la insipidez burguesa de Montaigne? ¡Oh, muerte sin ser presente, yo te conjuro para que llegues por sorpresa, pues te amo demasiado y la voluptuosidad de tu beso toca mi voluptuosidad de vivir! Rilke dijo que morimos todos de nuestra propia muerte. Que la deseemos oculta no impide que la queramos cada día en su vestimenta fantástica.
Dalí me dijo - Louis Pauwels
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