¡Moros en la costa!

¡Moros en la costa!,
gruñe el capitán.
La barca esta lista
Para abordar.
¡Moros a la vista!
Calan los sables
Y gruñen cañones.
Se prepara el pirata,
Mirando el mar.
¡Moros a la vista!
Se agita la proa
Y las troneras
Escupen su rabia
Hacia el capitán..
Se acerca el barco
Cargado y cansado.
Velamen despierto.
Pirata corsario.
¡Moros en la costa!
Grita el español
Y ya empuña
Su sable de acero
Salta las cuerdas
Y empaña el mar
De saliva espumosa.
De bronca y coraje
De rabia de acero
Y patria en su mirar
El español se despierta
Y surcando el mar
Vence al moro, en la costa
Del mítico Gibraltar.

Labarca

Por girar las cosas malas.
Y sentir hacer la nada.
Camina el peregrino
Enbarca sin barca
Mira ojos sin gracia.
Y llora.

 Ríe el infiel del loco.
Ríe el sepulcro del vivo.
Y el tuerto ensaya pases
Con su mono.

¡Tintinea! ¡Roe!
Restan corazas
(muchas corazas).
Restan anclas
(muchas anclas).
Resta escapar del buque
Correr en abordaje.

Testigo infiel,
Superaré tu garfio.

La poética de los muertos

 Escribo como quien va a la muerte, como quien murió hace tiempo.
 Escribo desde un laúd del siglo quinto antes de Cristo.
 Escribo para que se asusten, para que lloren.
 Escribo intentando trascenderme.
 Escribo desde el fondo de un pozo, viendo a los sepultureros levantando la tierra, sosteniendo la pala, hipnotizados por el crujir de la grava, en silencio, sin vida. Los veo ejercitando su oficio a plena luz del día, por la mañana, entre robles y flores que vinieron a resucitar a los muertos. Los veo transpirando la tumba, dejando su huella sobre mi sarcófago de tierra. Uno se limpia el sudor de su frente con el codo uncido en santa transpiración de vida y el otro clava la pala profundo, hondo,y descansa sobre ella, en actitud de rezo, contemplativo su rostro, finalizando el mantra, disponiendo mi última morada.
 Escribo tranquilo, midiendo cada palabra, exigiéndole espíritu a mis letras.
 Escribo desde las sombras, desde la mierda.
 Escribo un réquiem para los muertos.
 Escribo en un castillo de Austria, en la habitación más austral y alta, acompañado de un candelabro y una copa de frío vino, mirando la niebla que se acumula en la ventana, coronada de blancos laureles de invierno. Escribo con una mano con gota, agarrotada, mientras una gota de sudor, tras mis ropas, me recorre la espalda.   Escribo en burocracia, para mi señor y súbditos, para las infinitas habitaciones de mi castillo. Escribo entre el canto y la risa: espero a Rosaura.

Balada para un loco



Pero ya no hay locos (De León Felipe)
Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del desierto y ... ni en España hay locos. Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
Oíd ... esto,
historiadores ... filósofos ... loqueros ...
Franco ... el sapo iscariote y ladrón en la silla del juez repartiendo castigos y premios,
en nombre de Cristo, con la efigie de Cristo prendida del pecho,
y el hombre aquí, de pie, firme, erguido, sereno,
con el pulso normal, con la lengua en silencio,
los ojos en sus cuencas y en su lugar los huesos ...
El sapo iscariote y ladrón repartiendo castigos y premios ...
y yo, callado, aquí, callado, impasible, cuerdo ...
¡cuerdo!, sin que se me quiebre el mecanismo del cerebro.
¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros).
¿Cuándo enloquece el hombre? ¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los conceptos
absurdos y blasfemos
y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos?
¿Cuándo es cuando se dice por ejemplo:
No es verdad. Dios no ha puesto
al hombre aquí, en la Tierra, bajo la luz y la ley del universo;
el hombre es un insecto
que vive en las partes pestilentes y rojas del mono y del camello?
¿Cuándo si no es ahora (yo pregunto, loqueros),
cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos,
sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?
¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y los resortes del cuerpo
y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto?
Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos, infinitamente menos
que el orín de los perros;
si no es ahora, ahora que la justicia tiene menos, infinitamente menos
categoría que el estiércol;
si no es ahora ... ¿cuándo se pierde el juicio?
Respondedme loqueros,
¿cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos el mecanismo del cerebro?
Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario fantasma del desierto
y ... ¡Ni en España hay locos! ¡Todo el mundo está cuerdo,
terrible, monstruosamente cuerdo! ...
¡Qué bien marcha el reloj! ¡Qué bien marcha el cerebro!
Este reloj ..., este cerebro, tic-tac, tic-tac, tic-tac, es un reloj perfecto ...,
perfecto, ¡perfecto!

Apología

Cuando de una fuente que empuja, por los nítidos focos los cristales, a su vez ubicada en una cueva hermosa cuyas paredes de piedra reflejan la nítida agua que extiende un halo de luz verde azulada, cubierta de una noche violeta de estrellas y donde un suelo la tapa de brillantes, verdes pastos, bebe un hombre, la sabia de su cuerpo se agita violenta y le electriza los dedos, sacia su sed y el hambre, y descubre con asombro la inmensidad del universo; que no existe nada más allá de su alma, y que no hay verdad absoluta, sino infinitas y cambiantes, pues no es el hombre uno solo –dirá Heráclito- sino infinitos, como el río, y es allí, en este momento, cuando se piensa el amor a solas, a secas, hacia uno mismo, y descubre que si te quiero... es porque me quise a mí primero.

Náhuatl

Como la planta que quedó bajo las moles de un edificio que se derrumba y, tras calvarios de lucha, logra encumbrar entre los escombros sus ramas, así la mente de los indios vencidos sintió la herida en lo más hondo, pero no quedó muerta: tomó lo que pudo y quiso de los invasores y siguió desenvolviendo su propia vida. ¡No en vano El, que vigila sobre los destinos de los pueblos, ha querido que sea siempre una luz encendida en el tiempo cada mente colectiva que se formó en la Historia! 

Historia de la Literatura Náhuatl, Pág. 8, Porrúa, México, 1971

Miedo

Tengo miedo del futuro
Tengo miedo del después.
Tengo miedo de mi fracaso
y de mi quehacer diario.
¿Qué voy a ser? ¿A dónde me van a atrapar? ¿Qué va a venir? No sé si lo que hago, hoy, es lo que siento que deba hacer. ¿Porqué no me proyecto? ¿Qué quiero? ¿Porqué hago lo que no me supongo bueno? ¿Hasta cuando va a durar? ¿Cuánto va a doler? ¿Va a sangrar?
¿Dolerá?
Si el silicio me mata, si me dan de tomar la sicuta, si la ciudad me espanta, si ya no creeré en Dioses y atrás de un mostrador voy a vender una y otra vez mi alma, ¿seré feliz? ¿Porqué no escapo? ¿Porqué no me escurro? Tengo espanto de un mañana y a la vez me atrae como miel en la ventana. A veces pienso con envidia de los santos yhogis, de un samana, del atman. Presiento que la pasión no es inherente al alma y que necesita de una obsesión bucólica para llevarse a cabo. No es la diosa razón mi atalaya, ni las pasión mi carne. Creo que estoy seco, bien seco. Que voy por camino yerto. Que mi carrera es un camino de piedras, de cantos rodados sin aristas. Creo que me atrapa una mortaja. ¿Qué objetivo es bueno? Soy feliz, lo soy, ¿Pero a qué precio?
¿Y quienes son los muertos de mi felicidad?
Creo que caí en la trampa-

Jorge Luis: Siete noches

http://es.scribd.com/doc/17724261/Borges-Jorge-Luis-Siete-noches

Noche quinta: la poesía.


El panteísta irlandés Escoto Erígena dijo que la Sagrada Escritura encierra un número infinito de sentidos y la comparó con el plumaje tornasolado del pavo real. Siglos después un cabalista español dijo que Dios hizo la Escritura para cada uno de los hombres de Israel y por consiguiente hay tantas Biblias como lectores de la Biblia. Lola Biblia y del destino de cada uno de sus lectores. Cabe pensar que estas dos sentencias, la del plumaje tornasolado del pavo real de Escoto Erígena, y la de tantas Escrituras como lectores del cabalista español, son dos pruebas, de la imaginación celta la primera y de la imaginación oriental la segunda. Pero me atrevo a decir que son exactas, no sólo en lo referente a la Escritura sino en lo referente a cualquier libro digno de ser releído.]Emerson dijo que una biblioteca es un gabinete mágico en el que hay muchos espíritus hechizados. Despiertan cuando los llamamos; mientras no abrimos un libro, ese libro, literalmente, geométricamente, es un volumen, una cosa entre las cosas. Cuando lo abrimos, cuando el libro da con su lector, ocurre el hecho estético. Y aun para el mismo lector el mismo libro cambia, cabe agregar, ya que cambiamos, ya que somos (para volver a mi cita predilecta) el río de Heráclito, quien dijo que el hombre de ayer no es el hombre de hoy y el de hoy no será el de mañana. Cambiamos incesantemente y es dable afirmar que cada lectura de un libro, que cada relectura, cada recuerdo de esa relectura, renuevan el texto. También el texto es el cambiante río de Heráclito.



Esto puede llevarnos a la doctrina de Croce, que no sé si es la más profunda pero sí la menos perjudicial: la idea de que la literatura es expresión. Lo que nos lleva a la otra doctrina de Croce, que suele olvidarse: si la literatura es expresión, la literatura está hecha de palabras, el lenguaje es también un fenómeno estético. Esto es algo que nos cuesta admitir: el concepto de que el lenguaje es un hecho estético. Casi nadie profesa la doctrina de Croce y todos la aplican continuamente.



Decimos que el español es un idioma sonoro, que el inglés es un idioma de sonidos variados, que el latín tiene una dignidad singular a la que aspiran todos los idiomas que vinieron después: aplicamos a los idiomas categorías estéticas. Erróneamente, se supone que el lenguaje corresponde a la realidad, a esa cosa tan misteriosa que llamamos realidad. La verdad es que el lenguaje es otra cosa.

Pensemos en una cosa amarilla, resplandeciente, cambiante; esa cosa es a veces en el cielo, circular; otras veces tiene la forma de un arco, otras veces crece y decrece. Alguien —pero no sabremos nunca el nombre de ese alguien—, nuestro antepasado, nuestro común antepasado, le dio a esa cosa el nombre de luna, distinto en distintos idiomas y diversamente feliz. Yo diría que la voz griega Selene es demasiado compleja para la luna, que la voz inglesa moon tiene algo pausado, algo que obliga a la voz a la lentitud que conviene a la luna, que se parece a la luna, porque es casi circular, casi empieza con la misma letra con que termina. En cuanto a la palabra luna, esa hermosa palabra que hemos heredado del latín, esa hermosa palabra que es común al italiano, consta de dos sílabas, de dos piezas, lo cual, acaso, es demasiado. Tenemos lúa, en portugués, que parece menos feliz; y lune, en francés, que tiene algo de misterioso.



Ya que estamos hablando en castellano, elijamos la palabra luna. Pensemos que alguien, alguna vez, inventó la palabra luna. Sin duda, la primera invención sería muy distinta. ¿Por qué no detenernos en el primer hombre que dijo la palabra luna con ese sonido o con otro?

Hay una metáfora que he tenido ocasión de citar más de una vez (perdónenme la monotonía, pero mi memoria es una vieja memoria de setenta y tantos años), aquella metáfora persa que dice que la luna es el espejo del tiempo. En la sentencia “espejo del tiempo” está la fragilidad de la luna y la eternidad también. Está esa contradicción de la luna, tan casi traslúcida, tan casi nada, pero cuya medida es la eternidad.



En alemán, la voz luna es masculina. Así Nietzsche pudo decir que la luna es un monje que mira envidiosamente a la tierra, o un gato, Kater, que pisa tapices de estrellas. También los géneros gramaticales influyen en la poesía. Decir luna o decir “espejo del tiempo” son dos hechos estéticos, salvo que la segunda es una obra de segundo grado, porque “espejo del tiempo” está hecha de dos unidades y “luna” nos da quizá aun más eficazmente la palabra, el concepto de la luna. Cada palabra es una obra poética.



Se supone que la prosa está más cerca de la realidad que la poesía. Entiendo que es un error. Hay un concepto que se atribuye al cuentista Horacio Quiroga, en el que dice que si un viento frío sopla del lado del río, hay que escribir simplemente: un viento frío sopla del lado del río. Quiroga, si es que dijo esto, parece haber olvidado que esa construcción es algo tan lejano de la realidad como el viento frío que sopla del lado del río. ¿Qué percepción tenemos? Sentimos el aire que se mueve, lo llamamos viento; sentimos que ese viento viene de cierto rumbo, del lado del río. Y con todo esto formamos algo tan complejo como un poema de Góngora o como una sentencia de Joyce. Volvamos a la frase “el viento que sopla del lado del río”. Creamos un sujeto: viento; un verbo: que sopla; en una

La lucidez. Alejandra Pizarnik

“La lucidez es un don y es un castigo, está todo en la palabra, lúcido viene de Lucifer, el arcángel rebelde, el demonio. Pero también se llama Lucifer, el lucero del alba, la primera estrella, la más brillante, la última en apagarse. Lúcido viene de Lucifer, y Lucifer viene de Lux y de Fergus que quiere decir, el que tiene luz, el que genera luz, el que trae la luz que permite la visión interior, el bien y el mal, todo junto; el placer y el dolor. La lucidez es dolor y el único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá remotamente a la alegría, será el placer de ser consciente de la propia lucidez, el silencio de la comprensión, el silencio del mero estar, en esto se van los años, en esto se fue la bella alegría animal.”
A. Pizarnik. Citado en Lugares comunes.

El alma y la nada

-- El Dios que deshoja las ramas,
Una por una, de los bosques de otoño
¿Qué busca? ¿En qué se empeña?
¿Qué sabe? ¿Porqué vuela?
¿Qué entiende por naturaleza
y qué tanto de almohadas risueñas?
El árbol que sangra en la belleza
El hijo que convierte oro en rosas
¿Porqué claudica en su tarea?
¿Porqué, acaso, llora?
El amor no tiene dotes
Que no intimiden al más sabio de los hombres
Y las alas no tienen nombres
Son solo alas, sin escarcha ni flores.
El gris pellejo de un vil hombre
Sin versos ni patria ni dote
¿Qué entiende de pasión roja
de besos que no saben de horas
de ciudades con rojas hojas?
Pregunta el niño en un banco al anciano hombre de angulada barba y telares en su quijada. Porqué, pregunta el niño, al anciano con barba. Qué sabe, pregunta el niño, mi maestro sobre flores, qué de otoños muertos y primaveras sin hojas. No hay sabia sin árbol ni hombre sin alma. ¿Y qué sabe Platón sobre anáforas?
-- Nada, niño, nada. No es el árbol quien tiñe sus hojas, ni el hombre quien se ciega en la nada, ni la maza la que tañe la campana aunque así lo haga. Caminos muertos, amarillos sin gracia y ciudades frías de humo con rabia blanca hacen dolorosa al alma. Hacen, hijo, lo hacen. Hacen de ella un cerebro, de razón un sentimiento y estadística un beso. Se margina el hecho y generaliza el pensamiento. ¡Edipo! ¡Absurdos! Nada, hijo, nada. ¿Acaso es cenicero de tristes canciones tu alma? La religión fue estigmatizada sin santos ni burocracia y la Iglesia es esclava de pasiones vanas. ¡Ten rabia, hijo, ten rabia! ¡Evoca al viento, al Euro, Noto, Boreas y Céfiro y clama venganza!
 Sin carne debiera morir el cuerpo. Póstrate al sur de Capricornio y embate en el fin a los grises dueños de holgadas corbatas. Usa la lengua como espada y el sable sea el aliento del viento que destroza ramas. Cobíjate en una gruta hasta que grite el alba, hasta quedar sin aire, hasta que el pecho se expanda. Cíñete una daga y ¡Por fin! Las grandes alas y combate al viento bien alta tu quijada. 

Viejos caminos


"Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos."


Los viejos caminos se van cubriendo de hojas y pasto. Las viejas avenidas de los viejos tiempos duermen dormidas sabiendo que sin saber jamás van a ser pisadas nuevamente, y como el viejo río que jamás será el mismo, así mis pasos jamás desandan sus pisadas, se ensucian mis sandalias y vuelvo mi mirada triste y con orgullo (Alta la quijada) sobre ese camino ya no de tierra que veo a mis pies.

 Pero sigo jugando en secreto, sigo saltando en secreto, caminando con un morral de jueguetes: mato gente en el colectivo, destruyo soldaditos de plomo en mi casay hago floretes con las manos cuando ando por la ancha avenida de mi facultad. La gente que me mira no se entera: no saben mis compañeros de viaje que son matados a mi simple mirada, ni que en algún espacio tiempo distinto estamos solos en una ancha selva y tenemos que vivir en comunidad; no saben que aquel es un soldado de larga lanza, ni ella mi esposa, ni ese otro el encargado de los víveres, ¿Y porqué no? Quizás ese sea mi lider.

El otro

Escribo sin ganas, como si nada de esto fuera cierto y como si lo que pasa entre mis manos y estas letras, estos grafemas, fuera energía eterna. No pienso en nada, y a la vez pienso en todo; un hondo agujero en medio del sauce que hay aquí, en la esquina de mi casa, me miró ayer, cuando salía. Comentó no se que barrabasada y, piropeando, me llamó a acercarme. Dejé de tenerle miedo, y me acerqué, solapado, entre las baldosas, entre las esquinas. El frío mármol en la entrada de las casas me mira, me mira de cerca, huele cada paso dado, susurra con sus compañeros de vida: las columnas, el hierro oxidado del portón del edificio, las negras rejas de la casa de Enriqueta y la sutil elevación de raíces del árbol sobre las baldosas ya rotas. Me acerqué y me mira:
 - Despacito ahora, no te tropieces con la sangre del piso ahora, no te caigas sobre las baldosas rotas ahora. No sufras lo que yo no sufrí en carne propia, ahora. Nada de lo que decís me tiene con cuidado, a menos que quieras matarme, aunque tampoco me parece importante. Acercate y miralo, miralo de cerca.
 - Nada es lo que dice ser -le respondí. Cuando quiera que un árbol me hable iré a la escuela y charlaré mi patología. Sos algo que no aparentas ser, porque bien sé que te pienso y te hablo como me hablo a mí mismo, como le hablo a la toalla cada vez que me baño, o a la guitarra cuando rasgo sus finas cuerdas y como una gran amante, siempre dispuesta, franca me acepta. A vos te quiero, porque bien sé que si hablas existís en mi mundo y ya formas parte de mí.
 - No pienses de más, dijo el árbol, simplemente, y sonrió.
 La conversación no fue otra cosa que un susurro vago que nadie jamás pudo oír y sin embargo existió, lo afirmo ahora, lo juro por la distancia entre mis dedos y estos morfemas que van creciendo y apareciendo a lo lago del recorrido de tu mirada, querido lector.
 Me acerqué al árbol, decía, y ví al gorrión allí posado, en lo profundo, casi disimulado, como dormido. Lo ví, me estremecí y sonreí. ¡Pobre gorrión desventurado! Quizás ya el árbol se haya empezado a llenar de gorrión, y el gorrión ya sea un poco árbol, un poco hoja,
 El árbol  ya es un poco gorrión, con su pico, con su boca, con las semillas todavía en lo hondo de su pecho.
 Me acerqué y me fuí, sonriendo.

La luna en tu aurora

 En esos momentos en que en el corazón no golpea el demonio de la duda, en que nos miramos a los ojos y se ven acuarelas, donde las agujas se transforman en mariposas y los números se tiñen de rojo, y ya no miden el tiempo las horas sino los besos,  en que la caricia logra ser caricia y se entrecierran los ojos, que como cíclopes se miran y tus pecas se transforman en sepias crisantemos, en que tu boca roja transforma tu cara en un paraíso de otoño, y como rojas hojas los labios se muestran y se entrelazan las lenguas y ya somos uno y nos golpeamos y batimos entre risas y ensueños donde todo es real y Dios existe; un rayo nos electriza y nos mira en esa única pestaña que beso y que es tú todo, y ya me enamoro y me deshago y me ahogo y no lloro, y te reís, me miras y sonreís en el cuello, y todos me miran y me río y me quiero y te quiero.
  En ese tiempo que es mi todo, en que mi razón no existe y era tan bella la luna.

Sin comparación, pero quizás sintiendo algo parecido, Cortázar alguna vez cambió estrellas por palabras:

[¿Cursi? Quizás
 Tal vez,
Si.]

El copión


"Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros".
Jean-Paul Sartre.  

Todo
  Todo
lo que toca
lo que toca
Todo
Todo
él lo copia
él lo copia.

 Lo copia todo: de su mamá el racismo; de Ariel, Santi y su tío su aficción al alcohol; de su papá la medicina; de Tinelli su gracia; de ya no recuerda quien su cultura; de Marx y Bakunin su anarquismo; de Neustadt su posición política; de Bentham, Friedman, Montesquieu y Smith su amado liberalismo; de Cohelo la popularidad; de un amigo la modorra; de un profesor sus aires de grandeza; de Lost y House la filosofía; de Wikipedia su saber; de su perro la simpatía y de sí mismo la fachada.

 Todo lo va copiando
 último en el banco,
saca un machete
 y descubre cómo
 seguir engañando a los más,
a los demás...
Y Por cierto,
¿A qué no sabés lo que hizo ayer?



Basado en hechos relativamente reales.



Albert Einstein según Roland Barthes



El cerebro de Einstein 

142fc496eac1104b24ae30fdcb1cffa1.12518095711 
Por Roland Barthes 


 
El cerebro de Einstein es un objeto mítico: paradójicamente, la inteligencia más destacada forma la imagen de la mecánica mejor perfeccionada, al hombre demasiado poderoso se lo separa de la psicología, se lo introduce en un mundo de robots; en las novelas de ciencia-ficción, los superhombres siempre tienen algo de cosificado. Einstein también: comúnmente se lo expresa por su cerebro, órgano antológico, verdadera pieza de museo. Tal vez a causa de su especialización matemática, el superhombre está despojado de todo carácter mágico. En él no hay ninguna potencialidad difusa, ningún misterio que no sea mecánico; es un órgano superior, prodigioso, pero real, incluso fisiológico. Mitológicamente, Einstein es materia, su poder no conduce espontáneamente a la espiritualidad, necesita del auxilio de una moral independiente, la evocación de la “conciencia” del sabio (“ciencia sin conciencia”, como se dice). El mismo Einstein se ha prestado un poco a la leyenda al legar su cerebro, disputado por dos hospitales, como si se tratara de una maquinaria insólita que al fin se va a poder desmontar. Una imagen lo muestra tenso, la cabeza erizada de hilos eléctricos: se registran las ondas de su cerebro mientras se le solicita que “piense en la relatividad”. (Pero, en realidad, ¿qué quiere decir exactamente “pensar, eh...”?) Sin duda se intenta hacernos sentir que los sismogramas serán más violentos cuanto más arduo sea el tema de la “relatividad”. El pensamiento es representado como una materia energética, producto mensurable de un aparato complejo (poco menos que eléctrico) que transforma la sustancia cerebral en fuerza. La mitología de Einstein hace de él un genio tan poco mágico que se habla de su pensamiento como de un trabajo funcional análogo a la producción mecánica de las salchichas, a la molienda del grano o a la trituración del mineral: producía pensamiento, continuamente, como el molino de harina, y ha sido para él, ante todo, el detenimiento de una función localizada: “El más potente cerebro ha cesado de pensar”. 



Esta mecánica genial tenía un objetivo: producir ecuaciones. A través de la mitología de Einstein, el mundo ha reencontrado con deleite la imagen de un saber convertido en fórmulas. Hecho paradójico: cuanto más el genio del hombre se materializaba en las formas de su cerebro y cuanto más el producto de su invención alcanzaba una condición mágica, más reencarnaba la vieja imagen esotérica de la ciencia encerrada en algunas letras. Existe un secreto único del mundo y ese secreto cabe en una palabra; el universo es una caja fuerte cuya clave es buscada por la humanidad. Einstein casi la encontró y ése es el mito de Einstein; todos los temas gnósticos vuelven a encontrarse en él: la unidad de la naturaleza, la posibilidad ideal de una reducción fundamental del mundo, el poder de apertura de la palabra, la lucha ancestral de un secreto y de un nombre, la idea de que el saber total sólo puede descubrirse de golpe, como una cerradura que cede bruscamente después de mil tanteos infructuosos. Por su simplicidad inesperada, la ecuación histórica E=mc2 cumple casi totalmente la idea pura de la llave, desnuda, lineal, de un único metal, que abre con facilidad absolutamente mágica una puerta sobre la que nos obstinábamos desde hacía siglos. Las imágenes lo muestran: Einstein, fotografiado, está al lado de un pizarrón cubierto por signos matemáticos de visible complejidad; pero el Einstein dibujado, es decir el que entró en la leyenda, tiza en mano todavía, acaba de escribir sobre un pizarrón desnudo, y como sin preparación, la fórmula mágica del mundo. De esta manera, la mitología respeta la naturaleza de las tareas: la investigación propiamente dicha moviliza engranajes mecánicos, tiene por sede un órgano totalmente material cuya única monstruosidad es su complicación cibernética; el descubrimiento, por el contrario, es de esencia mágica, simple como un cuerpo primordial, como una sustancia elemental, piedra filosofal de los herméticos, agua de alquitrán de Berkeley, oxígeno de Schelling. 

Pero como el mundo continúa, como la investigación aumenta permanentemente, como es necesario reservar también un papel a Dios, algún fracaso de Einstein se hace imprescindible: Einstein ha muerto, se afirma, sin haber podido verificar “la ecuación donde tenía el secreto del mundo”. Finalmente el mundo ha resistido; apenas penetrado, el secreto se ha vuelto a cerrar; la clave era incompleta. De este modo, Einstein satisface plenamente al mito, que se burla de las contradicciones con tal de instalar una seguridad eufórica: mago y máquina a la vez, buscador permanente y descubridor insatisfecho, desencadenador de lo mejor y lo peor, cerebro y conciencia, Einstein cumple los sueños más contradictorios, reconcilia míticamente la potencia infinita del hombre sobre la naturaleza y la “fatalidad” de lo sagrado de la que aún no puede despojarse. 

Google Art Project - La nueva propuesta de Google

Google Art Project


Google acaba de lanzar Google Art Project, una colaboración entre la popular empresa de Internet y 17 de los mejores museos de arte del mundo, entre ellos el Moma de Nueva York y el Museo Reina Sofía de Madrid, que aplica la tecnología Google Street View para ofrecer una visita virtual de 360º a través de sus mejores galerías. La aplicación permite visualizar más de mil obras de arte a alta resolución. Un panel informativo explica cada cuadro, además de enlazar con otras obras del mismo artista y con vídeos YouTube relacionados.

Por si esto fuera poco, cada museo ha escogido una obra emblemática que Google ha digitalizado con una técnica de súper alta resolución (foto gigapíxel) para obtener imágenes de 14.000 millones de píxeles que permiten apreciar detalles como las pinceladas, las luces y sombras o los barnices. El Moma de Nueva York ha elegido para este proceso “La noche estrellada”, de Vincent van Gogh, mientras que el Rijksmuseum de Amsterdam se ha decantado por “La ronda de noche”, una de las pinturas más conocidas del artista holandés Rembrandt.

Un rasgo interesante de la aplicación es que permite a cada usuario seleccionar y guardar las obras de arte que más le gusten, comentarlas y compartirlas con su familia y amigos. En total el usuario puede recorrer 385 salas de pinacotecas de todo el mundo con obras de 486 artistas diferentes.
 

El cuentacuentos - Cuentos populares europeos

Capítulo 1 : Hans El Herizo 

 

Hans, un erizo-niño, se siente condenado a las burlas en su pueblo por lo que huye. Veinte años más tarde, Hans ayuda a un rey perdido en el bosque a encontrar su camino de regreso a su reino. El rey recompensa a Hans con la primera cosa que él verá cuando vuelva a entrar en su reino. Pero cuando la primera cosa que ve se convierte en su bella hija, ¿podrá el amor prevalecer? 

http://hotfile.com/dl/62785422/2027696/N.C_01x01_h.e.e.avi.html 


Capítulo 2 : El Gigante sin corazón 

 

Un joven príncipe es engañado para ayudar a escapar a un cruel gigante sin corazón. El mal se desencadena a través de la todo el reino y los que van a luchar con él nunca vuelven. Para reparar su error el joven príncipe se convierte en el ayudante de gigante y trata de averiguar donde éste oculta sucorazón. Pero aun si fuera capaz de obtener el corazón, podrá reparar todo el daño causado? 

http://hotfile.com/dl/62785449/0de40e3/N.C_01x02_e.g.s.c.avi.html 


Capítulo 3 : Los Tres Cuervos 

 

Una despiada bruja encanta al vuido rey y logra convertir en cuervos a sus tres hijos, sólo la princesa puede revertir el encanto, si es capaz de mantenerse en silencio por un largo tiempo. 

http://hotfile.com/dl/62785621/5d969f1/N.C_01x03_l.t.c.avi.html 


Capítulo 4 : La verdadera novia 

 

Una niña que fue adoptada por un Ogro abusivo finalmente se libera con la ayuda de un león blanco. Cuando su prometido no logra volver después de un viaje, la chica es asolada por el dolor al saber que la hermana del Ogro había puesto un hechizo sobre él. El león blanco aparece de nuevo y ayuda a la chica, dandole sus tres dones mágicos. Pero, ¿cómo se pueden utilizar estos dones para convencer a su hechizado amor que ella es su verdadera novia? 

http://hotfile.com/dl/62785638/2aa0201/N.C_01x04_l.v.n.avi.html 


Capítulo 5 : El soldado y la muerte 

 

Regresando de la guerra, un joven soldado cambia su última galleta por un saco mágico en el que puede entrar cualqueir cosa, si lo desea! Captura demonios e incluso la muerte, el soldado lleva la paz a su país. Pero pronto la muerte demuestra ser una mayor enemiga aun estando capturada. 

http://hotfile.com/dl/62786701/26be535/N.c_01x05_e.s.y.l.m.avi.html 


Capítulo 6 : El sastrecillo sin miedo 

 

Sin miedo es un joven que es incapaz de sentir miedo. Deja su domicilio y su verdadero amor para embarcarse en un gran viaje para experimentar el estremecimiento del miedo. No hubo monstruo o criatura que pudiera hacerle sentir tan siquiera un poco de temor. Es sólo, que a su regreso, se entera de que existe un verdadero terror en los lugares que están más cerca de nosotros. 

http://hotfile.com/dl/62786759/bc3e372/N.C_01x06_e.s.s.m.avi.html 


Capítulo 7 : El último cuento 

 

El narrador recuerda sus días de servidumbre al rey, todo por engañar al cocinero real por una comida gratis. Contar una historia cada día fue su castigo o va a hervir en el caldero de aceite. Todo va bien hasta el último día ... cuando no puede pensar en una historia para salvar su vida! 

http://hotfile.com/dl/62787123/c533e49/N.C_01x07_e.u.c.avi.html 


Capítulo 8 : Un niño con estrella 

 

Tras la noticia del nacimiento de un niño con Suerte, predicha por un sabio, que un día llevará la corona, el cruel rey busca al niño, pretendiendo llevarlo bajo su protección. Es la Suerte quien de hecho desempeñará un papel fundamental en la historia de nuestro héroe y en su destino final. 

http://hotfile.com/dl/62787316/8723a76/N.C_01x08_u.n.c.e.avi.html 


Capítulo 9 : Natura 

 

Una vez que huye de su reino, para escapar de un matrimonio, la bella princesa Natura se convierte en ayudante de cocina de un lejano palacio, disfrazada como una horrible cosa. Sin embargo su mascarada no es impedimento para que se enamore de un príncipe, quien la ve sólo como una campesina. 

http://hotfile.com/dl/62787348/16f6e9f/N.C_01x09_n.avi.html 

El cuentacuentos - Mitos Griegos

Después del éxito de la primera temporada, Jim Henson hizo otra serie de episodios, llamado El narrador de historias: Mitos griegos, presentados por otro actor, Michael Gambon, pero con el mismo perro. El narrador cuenta sus historias desde el Laberinto de Creta, al que es arrojado como castigo por ladrón. Sólo se realizaron cuatro episodios. 

Formato: AVI 
Idioma: Español Latino (Lastimosamente, no los conseguí subtitulados).
Calidad: Excelente 




Capítulo 1 : Dédalo e Icaro 



Dédalo, uno de los mayores inventores de toda Grecia, y su hijo Ícaro son traicionados por el cruel Rey Minos y deben huir para salvar sus vidas. Para escapar, Dédalo crea alas para que puedan volar a la seguridad. Pero, ¿el joven Icaro podrá prestar atención a las instrucciones de su padre o que sus sueños se derretiran?

http://hotfile.com/dl/62787822/3ed23d6/N.C_02x01_d.e.i.avi.html 

http://www.mediafire.com/?1rodbmtvf89tpmi

Capítulo 2 : Orfeo y Euridice 



El gran músico Orfeo jura traer de vuelta el alma de su amada Eurídice de las profundidades del Hades. Pero la tarea que debe completar para reunirse con su amor resulta ser tan tortuosa como el destino que tendrá que soportar.

http://hotfile.com/dl/62787785/1dd2f9c/N.C_02x02_o.y.e.avi.html
http://www.mediafire.com/?uqw5cbg1wcsagb4

Capítulo 3 : Perseo y la Gorgona 



Cuando el malvado rey amenaza a la madre de Perseo, debe traer de vuelta la cabeza de Medusa, cuyos penetrantes ojos convierten en piedra a cualquiera que le mira. ¿La ayuda de los dioses ser suficiente para ayudar en esta tarea aparentemente imposible?

http://hotfile.com/dl/62787940/e1c763e/N.C_02x03_p.y.l.g.avi.html
http://www.mediafire.com/?j5qea6xfy1y74e1

Capítulo 4 : Teseo y el Minotauro 



Con la ayuda de una bella princesa, Teseo sigue la pista del devorador de hombres Minotauro - mitad hombre, mitad toro - para demostrar su valor y lealtad. Una lucha de la que sobreviene la muerte, y un impactante secreto emerge.

http://hotfile.com/dl/62787975/ab8a6e2/N.C_02x04_t.y.e.m.avi.html 

http://www.mediafire.com/?bwndphpr5398cnt

El cuentacuentos - Dédalo e Ícaro

 La serie relata legendarios cuentos europeos a través de la combinación de actuación y animaciones vectoriales. La temática de los mismos es muy variada, pero tratan los temas universales de siempre. Los episodios son contados por un viejo narrador, representado por John Hurt (sustituido poco después por Sir Michael Gambon), sentado junto a una chimenea en un antiguo castillo renacentista, y siempre acompañado por su perro parlante, cuya peculiar voz era aportada por Brian Henson.

 Acá dejo el video de uno de esos cuentos para que vean un ejemplo y si gusta (En la próxima entrada subo los demás).




Videos tu.tv

El reflejo del peregrino (Cuento)


 Cuenta la leyenda que las aguas del Mar Rojo se abrieron dando paso a Moisés y al pueblo hebreo, para llegar al otro lado y salvar así a su querido pueblo del ejército egipcio, que murió ahogado luego, tras intentar perseguir a Moisés por órdenes del emperador y faraón Constantino. Las aguas, como podría creerse, no se cerraron por siempre sino que como un péndulo, volvieron a abrirse, para permanecer en ese estado por muchos años, ofreciéndole al viajero un paso seguro, custodiado por los dos colosales y hermanados lagos.
 Estos dos gigantes, divididos por un pequeño trecho de tierra y viento, se extendían hasta el firmamento, lugar en que se dice se unía el cielo con la tierra, en comunión. Cielo y tierra se tocaban, y el peregrino maravillado solía acostarse en el camino mirando el cielo que nacía de sus manos, y que al tocarlo se estremecía en pequeñas ondas. Era, por otra parte, un goce infinito asistir a ese encuentro de noche, esperando el momento en que la luna alcanzara el cenit en el cielo iluminando ambos lagos y el camino de plateado, reluciendo cada arruga de la piel de las aguas, arrugas creadas por la suave brisa que también festejaba asistir albello momento.
 Cuenta esta leyenda, por otra parte, que los lagos podían comunicarse, contar las añoranzas de vivir nuevamente como uno solo, horizontal y perfecto. Solían acariciarse mediante gotitas que saltaban de uno a otro; y el viajero desprevenido que no mirara bien, podía recorrer todo el trayecto sin percatarse de los pequeños mensajes y consuelos que se mandaban los hermanos, desde allá arriba, cerca del firmamento, poniendo como excusa que viento los hacía inquietarse.
 Otra manera había de transmitirse mensajes: los viajeros, cuando pasaban, solían estirar ambas manos para sentir ambos lagos a un tiempo. Y realmente lo conseguían, pues ellos se conectaban tejiendo un lazo en torno del viajero haciéndole sentir infinitas cosquillas y otras maravillas.
  Un día de cuantioso y noble sol, pasaba un peregrino viejo y cansado ayudado por un bastón y un niño que le hacía de lazarillo. Este niño iba tropezando, mirando tanto el encuentro de los lagos con el cielo que amenazaba torcerse el cuello.
  Impulsivamente, como cosa meditada, estiró ambas manos y, tras sentir mariposas y estremecimientos en su cuerpo, riendo y casi llorando a un tiempo, pudo escuchar la conversación de los arcanos lagos. Abrió la boca y dejó que las palabras que giraban en su ser y más allá, mucho mas allá, se deslizaran por ella, escuchándolas su querido abuelo para escribirlas luego y crear la leyenda:

¿Qué verá el peregrino en nuestros brazos,
qué el viajero en las arrugas que forman
nuestra frente?
¿Verá su espejo,
multiplicado por el reflejo del reflejo?
¿O verá, acaso, el profundo lamento
de dos hermanos que lloran a un tiempo?



Rocksteady: The roots of reggae


Justo antes de que el estilo conocido como reggae alcanzase la fama mundial gracias, en gran medida, a la figura de Bob Marley, existió en Jamaica una corriente musical denominada “rocksteady”. A finales de los ‘60, este movimiento cambió para siempre la música jamaiquina con la sencilla y feliz decisión de relajar los ritmos acelerados propios del ska, provocando una auténtica revolución sensual y espiritual entre los habitantes de la isla. La película cuenta la reunión, cuatro décadas después, de las principales figuras de la época dorada del rocksteady (como Hopeton Lewis, quien con apenas 16 años compuso “Take It Easy”, considerada como la primera canción del estilo) para grabar un álbum de grandes éxitos. Entre los participantes se encuentra también Rita Marley, quien recuerda con emoción a la leyenda con la que estuvo casada durante un cuarto de siglo. 



Versiones del sundtrack

01 - The Uniques - People Rocksteady
02 - Hopeton Lewis - Sound & Pressure
03 - The Gayletts- Silent River Runs Deep
04 - Keith Tex - Stop That Train
04 - Stop That Train - Ernest Ranglin
05 - Ken Boothe - Freedom street
06 - Derrick Morgan - Tougher Than Tough
07 - Dawn Penn - You Don't Love Me (No, No, No) Mix
08 - Stranger Cole - Love Me This Evening
09 - The_Melodians - By The Rivers of Babylon
10 - Jimmy Cliff - Shanty Town
11 - Marcia Griffiths - The tide is high
12 - The Heptones - Equal rights
13 - Derrick Morgan - Conquering Ruler
13 - Derrick Morgan - Conquering Ruler (version)
14 - Hopeton Lewis - Take It Easy

http://www.sendspace.com/file/yj45az


Sundtrack original

http://www.sendspace.com/file/jimc77 

A un joven (artista) de dieciocho años - Hermann Hesse

Copiado por mí, en caso de haber algún inconviente o incongruencia, por favor avisarme. 

28 de febrero de 1950

No he olvidado su carta, pero no quería atenderla con un gesto cortés y dado que cada día trae nuevas cartas y más fáciles de contestar, y dado que el aparato con el cual debo trabajar es bastante modesto, no pude contestarle antes. Este aparato consiste además en los útiles de escribir de dos ojos desde hace muchos años fatigados y rara vez exentos de dolores, dos manos deformadas por la gota que sólo con desgano y torpeza toman una pluma o golpean las teclas de la máquina. Los ojos preferirían recrearse en la contemplación de flores, gatitos o en la lectura de un poeta y no fatigarse con todas estas cartas. Para las manos también sé de ciertos entretenimientos harto más agradables. Por otra parte, me ha dificultado contestarle no poder abrigar la esperanza de corregir sus vicios en cartas ulteriores pues tenga por seguro que ésta es la primera y la última que le escribiré. Por cierto, leeré con agrado otras cartas suyas, pero no puedo invitarle a que me mande manuscritos, ni prometerle más que leer con simpatía y el mayor grado posible de comprensión esas ulteriores cartas suyas, si llegaran.
 Su carta no pide, ni exige ni pregunta nada definido. Fue escrita no tanto para invocarme como para librarlo a usted por una hora. Está pletórico de una vida impetuosa y rica, que todavía no logra desplegarse o expresarse en forma artística; usted se considera distinto de sus coetáneos, aislado de los "otros" de una manera tal que ya lo hace dichoso o bien lo asusta; pertenece usted a los individuos de vocación y talento superiores al término medio que otrara se solía llamar genios y se dirige a mí porque no me cuenta entre los "otros", sino en cierta forma se siente parecido y emparentado a mí.
 El camino de estos individuos aislados y distinguidos de manera fatal siempre fue dificil y arriesgado. También lo será el suyo. A su edad la desconfianza respecto a la "experiencia" de los demás y el rehusarse a asumir responsabilidades forma parte del equipo natural con el tipo especial; el individualizado muy por encima del nivel medio debe defenderse del mundo que pretende aplanarlo, normalizarlo y obligarlo a una daptación prematura. Muchos individuos jóvenes de este tipo se malogran, ya sea porque la vida se hace insoportable bajo semejante tensión y en semejante postura defensiva y entonces salta impaciente por encima de los límites, ya sea que el joven solitario ceda al final, se convierta en burgués y salve un miserable resto del fuego divino con la ayuda del alcohol o sin ella en un romanticismo burgués adornado con la corona del ser ignorado. He conocido a muchos de ellos.
  Pero existen también otros caminos más nobles y en éstos se ofrecen también ayudas y socorros especiales. Existe el camino del creador, del artista, del poeta, del pensador. La obra del pensador y del artista presupone sin embargo un acto de subordinación y renuncia, legitima al individuo genial ante el mundo, pero le exige un grado de entrega, de lucha, de sacrificio desesperado, acerca del cual no tenía la menor noción en el momento de su irresponsabilidad. A cambio de esto, ya tenga su obra éxito o no en el mundo, es recompensado con la aprticipación en el reino de la genialidad mediante la camaradería con miles de antecesores que a través de todas las épocas y culturas se han mantenido vivos e incólumes.
  Este es un bello camino, digno de toda entrega. Aquel en quien el amor por la verdad o por lo bello, el anhelo de ser acogido en su reino, de tener participación en su luz, sean bastante intensos, podrá permanecer solo e incomprendido durante toda su vida, podrá experimentar recaídas en la postura pueril de la obstinación y de la irresponsabilidad, pero su hado será a pesar de todo noble, lógico y digno de todo sacrificio.
 Por supuesto, para recorrer este camino y realizar estos logros hace falta no sólo un talento común. Pululan en el mundo los poetas pletóricos de ideas magníficas, pero que carecen de palabras precisas y vibrantes, los pintores de rica fantasía, pero sin la pasión innata de jugar con los colores, los pensadores llenos de noble humanidad, pero sin la energía y el temperamento de la expresión. En el arte los ideales son justos, y cuando uno es un Cézanne, no basta con que pueda  pintar como Tiziano o Rubens, sino que debe tener el don único, el valor único, laa paciencia única y la obsesión de pintar como Cézanne.
  Ahora bien, hay muchos solitarios, muchos individuos geniales y condicionados por sus disposiciones para lo más allá de lo normal, que carecen de los dones especiales para una de las artes, quienes sólo tienen una aptitud general, un exceso de genialidad y fantasía, de capacidad para experimentar, intuir y vibrar. En su temprana juventud sufrieron como aquellos otros debido a su aislamiento, su ser diferentes, tal vez intentaron manifestarse en el dominio de las artes o del intelecto sin lograr nada especial, pero siguen inflamados aún por un amor, un anhelo de participar en el todo, de salir de su soledad, de dar un sentido real a su difícil y amenazada existencia. Quieren lo grande, están sedientos de entregada, pero no son creadores, ni poetas, ni heraldos ni pensadores. Y precisamente en ellos se manifiesta lo que sería en realidad la vocación, lo que sería en realidad el genio y que también los mejores artistas y más profundos pensadores no son esclavos de su talento, ni artistas ni especialistas. Pues estos genios, no dotados especialmente para un arte o una ciencia en particular, son aquellos en los que la humanidad alcanza su suprema expresión y a través de los que todos los padecimientos y toda presunción y confusión de los superdotados y geniales es justificado. A ellos les sucede cierto día que tropiezan con la realidad desnuda, una visión cualquiera, o una voz los arranca de su sueño que se llama yo, contemplan el rostro de la vida, su horrible y maravillosa grandeza, su inmensa plétora de dolor, aflicción amor irredento y anhelo equivocado. Y ellos responden a la vista del abismo con el único sacrificio omnivalente y definitivo, con el sacrificio de su propia persona. Se ofrendan a los hambrientos, a los enfermos, a los viciosos, no importa quien, ellos se dejan atraer, succionar y devorar por toda deficiencia, toda desnudez, todo dolor. Estos son los verdaderamente amantes, los santos. Hacia ellos tiende toda la humanidad que aspira más a la norma  a la rutina, ganados por su sacrificio. Todo otro sacrificio pequeño adquiere valor y sentido, en ellos se cumple y justifica todo el problema de los solitarios, de los superdotados, de los difíciles y a menudo desesperados. Pues el genio es amor, es anhelo de abnegación y no se satisface sino en este último y total holocausto.
 He expresado más o menos lo que le quería decir. Es mi respuesta a la carta con la cual se dirigió a un anciano en el colmo y la aficción de su problemática juvenil. Así como su invocación no contiene preguntas ni pedidos, mi respuesta tampoco contiene consuelos ni consejos. Usted me permitió mirar en la intranquilidad, la belleza y la incertidumbre de su joven existencia, y yo, que alguna vez pasé también por la misma inquietud, belleza e incertidumbre, he intentado darle una imagen de cómo un indiviuo que ha envejecido imagina estos fenómenos y problemas. Si fuera un santo no hubiera necesitado tantas palabras. Si fuera uno de los grandes artistas, su carta con sus apremiantes revelaciones sólo hubiera significado para mí una interrupción en mi trabajo. Si fuera un gran pintor no hubiera leído sus carillas hasta el fin, sino hubiese seguido con mi tarea, como el anciano Renoir con el pincel atado a su mano gotosa.
 Quizás tampoco sea pura casualidad que se haya dirigido a mí y no a un santo o a un Renoir. Quizás su carta haya sido escrita y dirigida a mí precisamente, porque presume ver en mí a un individuo que se le parece, que no ha alcanzado en el arte y en la vida lo grande y lo absoluto, que no está familiarizado con un más allá inaccesible para usted, sino con el mismo mundo y la misma problemática, si bien con otros hábitos, ideas y formas de expresión, con otro temperamento y otras formas de adaptación como la defensa, principalmente con las de la edad.
 El hombre viejo al que se ha acercado en una especie de camadería haciendo a un lado las muchas diferencias, ha contestado sus confesiones con las suyas propias e intentado mostrarle cómo nuestra problemática común se presenta en su etapa de la vida.