Miedo

Tengo miedo del futuro
Tengo miedo del después.
Tengo miedo de mi fracaso
y de mi quehacer diario.
¿Qué voy a ser? ¿A dónde me van a atrapar? ¿Qué va a venir? No sé si lo que hago, hoy, es lo que siento que deba hacer. ¿Porqué no me proyecto? ¿Qué quiero? ¿Porqué hago lo que no me supongo bueno? ¿Hasta cuando va a durar? ¿Cuánto va a doler? ¿Va a sangrar?
¿Dolerá?
Si el silicio me mata, si me dan de tomar la sicuta, si la ciudad me espanta, si ya no creeré en Dioses y atrás de un mostrador voy a vender una y otra vez mi alma, ¿seré feliz? ¿Porqué no escapo? ¿Porqué no me escurro? Tengo espanto de un mañana y a la vez me atrae como miel en la ventana. A veces pienso con envidia de los santos yhogis, de un samana, del atman. Presiento que la pasión no es inherente al alma y que necesita de una obsesión bucólica para llevarse a cabo. No es la diosa razón mi atalaya, ni las pasión mi carne. Creo que estoy seco, bien seco. Que voy por camino yerto. Que mi carrera es un camino de piedras, de cantos rodados sin aristas. Creo que me atrapa una mortaja. ¿Qué objetivo es bueno? Soy feliz, lo soy, ¿Pero a qué precio?
¿Y quienes son los muertos de mi felicidad?
Creo que caí en la trampa-

2 comentarios:

debohh dijo...

me gustaaaaa

Carlos_Dublín dijo...

Buscando una explicación para la expresión "muertos de mi felicidad" que usa Silvio en "Pequeña Serenada Diurna", me he encontrado con tu poema y creo que es una pequeña joya: Enhorabuena.

Publicar un comentario